Fundador de WikiLeaks
Manifestó que “los derechos de los editores de prensa están en peligro” a raíz de su detención y que por eso “es tan importante” que una organización como el Consejo de Europa defienda la labor de los periodistas. Una advertencia dirigida especialmente a los legisladores europeos, a quienes instó a actuar para proteger la libertad de expresión en un clima de «mayor impunidad, mayor secretismo y mayores represalias por decir la verdad».
«Mi ingenuidad fue creer en la ley. A la hora de la verdad, las leyes son sólo trozos de papel. Y pueden reinterpretarse en función de la conveniencia política». «No estoy libre hoy porque el sistema funcionó, lo estoy después de años de encarcelamiento, porque; FINALMENTE ELEGÍ LA LIBERTAD SOBRE LA JUSTICIA INALCANZABLE».
Llevaba cinco años encerrado en la prisión londinense de alta seguridad de Belmarsh y casi siete años refugiado en la embajada de Ecuador en la capital británica, en un intento de evitar pasar el resto de su vida entre rejas.
Antes de su acuerdo con el Departamento de Justicia estadounidense, el australiano se enfrentaba a 18 cargos penales relacionados con la difusión por parte de su organización de material clasificado y cables diplomáticos, y a una pena de 175 años de cárcel.
Me declaré culpable de hacer periodismo», señaló con amargura. Una frase que resume el sentido de su proceso judicial y plantea inquietantes interrogantes sobre el estado de la libertad de prensa.
Comité de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
Estrasburgo, Francia; Octubre 2024